domingo, 18 de diciembre de 2011

Reescribimos cuentos


Son ahora los alumnos de 1º  los que recrean cuentos que ya existen. 
Hemos leído varios de la colección El Conde Lucanor

Tenían que elegir entre dos moralejas: 
  1. “En esta vida la mejor herencia es aplicar trabajo y diligencia”
  2.  "Cumplido con el deber, el descanso es un placer"

Cada uno hizo su propia interpretación de estos versos. 
He aquí dos ejemplos: 
DE LO QUE LE PASÓ A UNOS HIJOS CON LA HERENCIA DE SU PADRE.


El Conde Lucanor habló con Patronio y le dijo que su padre le había dejado toda su herencia a sus hermanas y a él no le había dejado nada. Le pidió consejo para saber si debía luchar por su herencia.
¡Así, no!
 Patronio le contó este cuento: Había una familia de tres hermanos, que al morir su  padre heredaron una gran fortuna. Al mayor le dejó una finca de 1000 has  valoradas en 500 millones de euros. Al segundo le dejó varias mansiones y edificios, que valían unos 300 millones de euros y al pequeño solo le dejó una pequeña tienda que no valía casi nada. Los dos mayores lo vendieron todo y se gastaron todo el dinero en fiestas y en caprichos. El pequeño se puso a trabajar en la tienda de día y de noche hasta que consiguió tener muchos clientes y mucho dinero. Estaba muy feliz porque con esfuerzo y trabajo había conseguido vivir sin que le faltara de nada. Tenía más dinero que sus hermanos a pesar de no haber tenido una gran herencia.
Por lo tanto  - dijo Patronio -  vos, señor conde, debéis tener en cuenta que la mejor herencia de una persona es su trabajo y esfuerzo y no lo que pueda heredar y, como don Juan Manuel vio que este ejemplo era bueno, lo mandó escribir en este libro con unos versos que dicen así :
“En esta vida la mejor herencia es aplicar trabajo y diligencia”  
ANDRÉS URBINA (1º B) 
ANDRÉS, EL NIÑO ESTUDIOSO 
Andrés habló un día con su madre, que era su mejor amiga, y le dijo que tenia miedo de que lo criticaran algunos niños por ser tan obediente y estudioso. Su madre le dio un consejo contándole un cuento.



"Había una vez, un grupo de amigos que iban al colegio, siempre iban sin ganas de estudiar y de trabajar, ńo hacían las tareas, no respetaban a los profesores, ńo obedecían a los padres y siempre andaban molestando y riéndose de los demás niños que se recogían más temprano para hacer las tareas, estudiar, se reían cuando participaban en clase y se preocupaban por su educación.
Cuando pasaron los años los niños que se reían de los demás y no se esforzaron, tuvieron que ponerse a trabajar haciendo las peores tareas que había.

Y los niños que se esforzaron, cumplieron con su deber y el descanso fue un placer." 


LORENZO URBINA (1º B)

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