jueves, 8 de diciembre de 2011

CUENTOS DE NAVIDAD I


Llegan los primeros cuentos de Navidad. 
Dijimos que cualquier motivo serviría para escribir. Así ha sido. Niños y niñas  han tomado muy en serio este ejercicio de redacción. El resultado ha sido muy positivo. 
Algunos, incluso con todos los errores que podamos encontrar, son verdaderamente interesantes. Pero lo mejor es que han visto en esta actividad una manera de manifestar, de contar, de transmitir un mundo fantástico y de ilusiones que cada uno tenemos dentro. 
. Otros, a pesar de no creer en el espíritu navideño, tienen la esperanza de encontrarse con él, de agarrarlo y hacerlo suyo. 
Y, por fin los mayores, también han participado. Lo han hecho de verdad, sin prejuicios, sin tapujos,... No lo han creído un juego de niños. Han vertido en el papel lo que rondaba en su cabeza.
Tres de estos relatos son los que siguen.  No son los únicos. Habrá más.



CUENTO 1º.

MATEOS EL CAMPANILLERO
 

Canta, ríe y bebe

 

Una noche fría y nevada de invierno, con la luz de las farolas reflejadas, que ni si quiera se veía, Mateos estaba en la calle. Mateos es un niño vagabundo de 12 años, al que sus padres abandonaron cuando tenía 9 años.
Un día pasaron los campanilleros del pueblo, todos los vecinos le dieron dulces, refrescos, anís. Al pasar los campanilleros del pueblo, Irene, una chica de 16 años, se fijó en él, estaba triste y tapado con un cartón. Irene le dio su bufanda y su chaleco y le dijo que si se unía a los campanilleros. Él respondió: ¡sí! Me encantaría.  Entonces se puso muy contento al ver que todos le deban de comer y demás y empezó a cantar, cuando el párroco le escuchó, le dijo: ¡pero, bueno! ¡Qué bien cantas! 
Se lo comunicó a los demás y pensaron darle una sorpresa.
La sorpresa era que Mateos cantara en la iglesia y con las ayudas de todos los vecinos le compraron ropa, le buscaron unos estudios en condiciones y un techo donde vivir.
Así nunca más pasaría frío, ni hambre y tendría todo lo deseado.
Éĺ, cuando se enteró, dijo: Gracias, muchísimas gracias, pero hay un pequeño problema, ¿cuánto vale todo eso?
Todos  se reían a carcajadas, el párroco le dijo que no valía nada, sólo su alegría, su comportamiento, el corazón tan grande que tenía y lo fuerte que era.
Carmen Suárez (1º ESO B)

CUENTO 2º
GRACIAS A UNA ESTRELLA FUGAZ

Una chica de unos 14 ó 15 años que llamaba María amaba la música desde pequeña. Era simpática, abierta, cariñosa, también morena, alta y con los ojos verdes. María había entrado en el  conservatorio. Era su segundo año en él.
A ella le gustaba cantar y tocar el clarinete. Su profesor de lenguaje musical era algo antipático y seco; sin embargo, su maestro Manuel que tocaba el clarinete y cantaba era todo lo contrario a Juan.
María iba dos veces a la semana a Sevilla. Vivía a una cuantos kilómetros de la capital y ella se iba en autobús con un compañero de su pueblo que también había aprobado.
Su amigo y compañero se llamaba Sergio. Tocaba la flauta travesera. Sergio era muy gracioso y hacía con todo el mundo.
Un día cuando llegaron al conservatorio para dar lenguaje musical, les había mandado como tarea que compusiera una melodía y la mejor composición la cantarían los chicos y chicas del grupo de canto. 
A Sergio se le daba muy mal eso de componer, en cambio, a María sí le salía bien.
Juan, su profesor, les dio como plazo hasta un día antes de las vacaciones de Navidad.
Cuando María llegó a su clase de clarinete le contó a Manuel lo que Juan le había mandado para Navidad. Manuel le contestó que lo hiciese bien porque lo tocaría con él en la audición y con Sergio. 
Ella, cuando llegó a su casa, intentó componer algo, pero no se concentraba. Entonces decidió dejarlo. Al día siguiente lo volvió a intentar pero nada, y así sucesivamente y lo que hacía no le gustaba. Mientras Sergio lo había hecho, aunque no muy bien.
Una noche antes de tener que entregar la composición, María se puso muy nerviosa porque sólo tenía diez compases hechos y no se le ocurría nada más. No se podía quedar dormida, ya que al otro día tenía que entregarla. Empezó a mirar por la ventana y vio una estrella fugaz a la cual le pidió un deseo. Cerró los ojos por un instante y se le apareció una melodía muy bonita.
La chica empezó a componer y la acabó. Decía que todo era por arte de magia, pero después pensó que era por el espíritu de la Navidad. A la mañana siguiente la tocó con el clarinete y se dio cuenta de que lo que había compuesto era un villancico.
María le puso letra a ese villancico. La letra se refería a lo que a ella le había pasado esa noche y a la Navidad.
Por la tarde Sergio recogió a María para ir al conservatorio y, al entrar en la clase de lenguaje musical, Juan, su profesor, pidió la tarea. Todos la entregaron. Juan empezó a tocar una por una en el piano. Al llegar a la de María sintió algo especial que con ninguna otra había sentido. Le dijo a María que lo que había compuesto era un villancico. María le contestó que sí, que al acabarlo se dio cuenta.
A los chicos de la clase de canto les gustó mucho y a Miguel, el profesor de clarinete, le encantó. 
María se puso muy contenta.
Cuando llegó el día de la audición, María estaba muy nerviosa y Sergio, también. Al salir al escenario miró al cielo y le dio gracias a esa estrella que la alumbró aquella noche. El villancico de María lo interpretaron Miguel, Sergio, los chicos del coro y ella. A los espectadores les gustó mucho. 
El villancico de María fue grabado por todos los que lo interpretaron. Ese villancico sonó durante muchos años y María cada vez que iba a hacer una composición miraba al cielo.
Cristina Díaz (3º ESO A)

CUENTO 3º


EL VERDADERO SIGNIFICADO DE LA NAVIDAD

Voy a contaros una historia real que me sucedió a mí de pequeño. Tendría unos 6 ó 7 años. Desde mi punto de vista, la Navidad es igual que para todos los niños: regalos, regalos y más regalos, pero desde ese año todo me cambió en esta vida.
Mi historia empieza así:
Yo iba con mis amigos del colegio por la calle. Todo eran luces y muñecos de Papa Noel, ya que estábamos en la época de la Navidad, cuando de repente se para un coche delante de nosotros y una voz femenina cita mi nombre diciendo:
-Ven, Silver, no temas-me decía la voz con un acento no español.
Yo, como era muy chico, decidí entrar en el coche y eso que mi madre me decía una y otra vez “no te vayas con desconocidos”, pero yo, ni caso.
De repente, la mujer me tapó la boca con un pañuelo para que no gritase y me oyeran. Más tarde, el coche se paró delante de un gran hotel muy lujoso, al cual no le vi el nombre. Me llevaron dentro forzadamente.
Ya dentro de la habitación me sentaron en una silla y me ataron las manos a la espalda. De repente, empecé a echar de menos a mi familia, de cuando todos los primos, tíos, sobrinos…nos reuníamos una vez al año, o sea, en Navidad. Yo eso nunca lo apreciaba, siempre me lo tomaba como una fiesta más, pero ahora que no estaba cerca de ellos lo entiendo. Entonces, me vino algo a la cabeza de una película de Chuck Norris, cogí la pequeña navaja que llevaba en el bolsillo trasero y corté la cuerda y llamé a mis padres con el móvil. Les dije que estaba en un hotel muy lujoso con unas personas con acento italiano. Mi padre dijo que él sabía dónde estaba, fue allí de negocios, en ese hotel había muchos italianos.
A los diez minutos escuché las sirenas de los coches patrulla y a los secuestradores diciendo:
-Nos han pillado, te lo dije, somos muy patosos, no servimos para esto.
La policía entró al fin y me salvó y detuvieron a los secuestradores italianos. Antes de que se los llevasen les di un abrazo a los dos y les dije:
-Muchísimas gracias.

-Aléjate de nosotros, escoria- me dijeron los dos a la vez.
-¿Y por qué gracias, si te hemos secuestrado?- me preguntaron.

-Porque gracias a vosotros he sabido lo que significa la Navidad. No solo son regalos sino estar con tu familia y seres queridos- dije muy alegre.

Desde entonces, supe lo que significaba la Navidad: no solo son regalos y más regalos, tiene un significado más intenso, la felicidad y la alegría hacia tus seres queridos.

-Y hasta aquí mi historia, hijos. Espero que no os haga falta que os rapten para saber el verdadero significado de la Navidad.


JESÚS PINTO GONZÁLEZ 4º A


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