Y si, aun así, no se animan, les recuerdo que siempre está "la nota".
EL POZO
Carla era una niña que tenía 9 años, el 24 de
junio de 1835, una tarde oscura, salió con un grupo de amigas y amigos a una
casa abandonada. Una de sus amigas era médium y veía cómo alrededor de todas
ellas había espíritus y le decían que una de sus amigas llamada Carla iba a
morir, entonces todas se fueron muy asustadas de aquel lugar, pero Carla se
quedó allí. Carla escuchó una voz que le decía que iba a morir, por un humo muy
oscuro venían dos personas vestidas de negro y no se les reconocía. Esas dos
personas la mataron con un cuchillo y la tiraron a un pozo. Al día siguiente,
los padres de Carla comenzaron a buscarla sin parar, estuvieron donde Carla
murió y vieron restos de sangre.
Los policías investigaron la sangre y descubrieron
que era de Carla, tras dos años de búsqueda no la encontraron, este caso se
quedó abierto, no encontraron a Carla.
Una tarde del día 27 de noviembre de 1840, unas
niñas que tenían doce años hicieron una fiesta lejos de la ciudad. Un grupo de
amigas le hicieron una broma a uno de sus amigos llamado George, con su novia
llamada Miriam. Miriam se hizo la muerta y entonces todo el grupo de amigos se
fue a un campo lejano donde había una casa abandonada, había un
pozo, un coche roto, montones de leña tapadas por un plástico, etc.
Miriam todavía seguía haciéndose la muerta, tras
ocho minutos, George, ya cansado de ver a su novia Miriam así, cogió un hacha y
la mató pensando que en realidad ya estaba muerta.
Las amigas empezaron a llorar y le dijeron a
George que en realidad estaba viva, que era una broma, Miriam estaba viva hasta
que él la mató. Las amigas le dijeron a George que la tirara al pozo de la casa
abandonada, él les hizo caso y la tiró al pozo donde estaba Carla. Una de las
amigas, que era médium, vio que en el pozo estaba el cuerpo de Carla y su amiga
Miriam. Tras un año de investigación de la búsqueda de Miriam, su amiga la
médium les dijo a los dos policías que la buscaran en el pozo de la casa
abandonada. La policía encontró a Miriam y a Carla en el pozo, cuando
recogieron los dos cuerpos, encontraron que en el cuerpo de Carla había un
trozo de cuchillo y en el de Miriam huellas de hacha y huellas de su novio. Los
policías investigaron la zona donde habían muerto y encontraron el cuchillo y
el hacha en el mismo sitio. Investigaron el cuchillo con el que mataron a Carla
y las huellas eran de su novio y de su mejor amigo; las huellas que tenía el
hacha era del novio de Miriam, George.
Al día siguiente, metieron en la cárcel a George, al novio de Carla y al
mejor amigo de Carla. Estos casos fueron cerrados el 9 de agosto de 1843, las
familias de Carla y Miriam se quedaron tranquilas y las
enterraron a las dos en el mismo cementerio.
FIN
De: Irene y Marta (1º A).
Hola, soy Inma y os cuento una historia que me
pasó hace meses, pero que recordaré siempre porque estuvieron ahí amigas y
amigos como María, Maite, Laura, José Manuel y Aroa. Ellos me ayudaron y
estuvieron conmigo.
Hace unos meses, siendo exactos en febrero, era el
cumpleaños de María, una de mis amigas. El festejo se celebró en una churrería
cercana a la plaza principal del pueblo, donde nos echamos algunas que otras
risas…
Llegó la hora de que Aroa, otra de mis amigas,
volviera a su casa. Entonces todas emprendimos camino hacia la casa de Aroa
para acompañarla.
Aroa vivía en una de las muchas calles oscuras que hay en mi pueblo,
entonces todos asustados conseguimos acompañarla a su casa; volvimos camino a
la plaza principal donde compramos chucherías y jugueteamos por la plaza.
Marta y María tropezaron con un extranjero de los
muchos que habitan en mi pueblo y todos nos asustamos y empezamos a correr del
susto, llegamos a una calle estrecha cercana a la casa de la cultura del pueblo,
allí me quedé paralizada en una ventana entrecerrada. Allí vi a una persona
extraña llamándome por lo bajo, yo asustada, pero a la vez muy curiosa por
saber quién me llamaba.
Empezó a llover, entonces mis amigas empezaron a
llamarme, yo no contestaba, estaba tan concentrada en lo que pasaba que no oía
nada, mis amigas, asustadas de lo que me estaba ocurriendo, empezaron a llorar,
ninguna de ellas se quería acercar a mí de lo asustadas que estaban, pero Maite
tuvo el valor de acercarse y abrazarme muy fuerte y sacarme de esa calle
extraña.
Luego me preguntaron que qué me había ocurrido y
yo lo recordaba absolutamente todo, entonces se lo conté y volvimos todos a
casa tranquilos. Aunque todos con el verdadero misterio de quién me estaba
llamando.
FIN
Realizado por Inmaculada Rodríguez y María Díaz (1º A)