Llueve, llueve y sigue lloviendo Dicho de esta manera parece que es un castigo y no es así. Únicamente no estamos de acuerdo con nada, no nos conviene nada. Si hace frío, "qué frío"; si hace calor, "qué calor" y si llueve, "que llueve"
¿Qué puede interesarnos? Nos quejamos por todo y por todos.
Puedo poner un ejemplo muy cercano: "Hoy he recibido un correo de una persona quejándose de la vida misma, del aire que dejó de respirar por estar ausente y de las palabras que no pronunció por no estar presente. A mí sólo se me ocurría poner cara de sorpresa, decirle que se mirara al espejo y que gritara e increpara la imagen que viera y la insultara hasta que le respondiera".
No daba crédito a lo que estaba leyendo.
Terminé preguntándome si nos hemos despertado de un sueño y no nos hemos percatado todavía o somos tan soberbios que no somos conscientes de que estamos vivos, de que la vida pasa la vivamos o no.
En fin, yo quiero vivirla. No lo hagamos tan difícil.
No hay comentarios:
Publicar un comentario