No escribo por matar el tiempo. Son otras las intenciones.
Últimamente me preocupan asuntos de tal trascendencia que pienso en el pasado; otras veces, en el presente, y nunca en el futuro. Sé que nada hay escrito, que todo dependerá de cómo juegue mi partida hoy para vivir mañana.

Luego pienso en el presente, sólo presente. Quiero vivirlo y ser dueña de mi tiempo, de esta dimensión. Deseo gozarlo, con sus luces y sus sombras.
Me resta disponer de una fórmula cierta y la tengo: el conocimiento de nosotros mismos, del yo que desconocemos y que los demás pueden ver.
Te preguntarás cuál es el método que sigo. Mi respuesta repite lo que he dicho muchas veces: escribe, vuelve a escribir y lee, relee y conocerás a la verdadera persona que se esconde debajo del cuerpo que ves en el espejo cada mañana.
Por eso ahora estoy llenando esta página en blanco de sustantivos y verbos, de palabras y frases,... Y mañana volveré sobre ellas para saber qué sentía, qué escondía, o qué enseñaba. Reconoceré mi vida, no pasaré junto a ella
.
Ahora toca estos temas.
ResponderEliminar