viernes, 18 de noviembre de 2011

Anécdota primera


Hoy vengo a contar una anécdota simpática.

Hace pocos días mandé memorizar "Romance del prisionero"  a los alumnos de 1º ESO.  Era un reto para ellos. 

Con mucho esfuerzo, y paciencia, conseguí que la mayoría pudiera repetirlo sin mirar el papel. Para mi sorpresa, al día siguiente vinieron dos o tres chicos quejándose de que habían estado toda la tarde recitando el poema, que no habían podido quitárselo de la cabeza.
¡Había conseguido lo que quería! 
Ahora tendrán que aprender a  recitarlo con la entonación adecuada. 
¡Habremos tomado el buen camino!         

1 comentario:

  1. Desde luego que puedes considerarlo un triunfo porque ya sabemos que, hoy en día, eso de memorizar las enseñanzas está ,desgraciadamente, en desuso.

    ResponderEliminar