Hace muchos días que no me asomo a este universo.
Hace mucho que no sé qué ocurre más allá de mi ventana.
Hace aún más que no veo qué hay a mi lado.
Hoy, por fin, he mirado y he visto.
Hoy, por fin, te he sentido.
Hoy, como ayer, creo en Ti.
Mírame y verás que hay algo en mí que no pronuncio.
Mírame y verás que he vuelto mis pasos hacia Ti.
No había llegado muy lejos, pero he regresado.
Sólo Tú sabes que no camino sin tu ayuda.
Es verdad, no creas todo lo que digo.
Vuelvo a estar aquí.
Se me ocurre transcribir las palabras del uruguayo Mario Benedetti.
Es mi regalo.
Es mi regalo.
El infinito
De un tiempo a esta parte
el infinito
se ha encogido
peligrosamente.
Quién iba a suponer
que segundo a segundo
cada migaja
de su pan sin límites
iba así a despeñarse
como canto rodado
en el abismo.
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