lunes, 10 de febrero de 2014

Nos quejamos de la vida misma

Llueve, llueve y sigue lloviendo Dicho de esta manera parece que es un castigo y no es así. Únicamente no estamos de acuerdo con nada, no nos conviene nada. Si hace frío, "qué frío"; si hace calor, "qué calor" y si llueve, "que llueve" 
¿Qué puede interesarnos?  Nos quejamos por todo y por todos.
Puedo poner un ejemplo muy cercano: "Hoy he recibido un correo de una persona quejándose de la vida misma, del aire que dejó de respirar por estar ausente y de las palabras que no pronunció por no estar presente. A mí sólo se me ocurría poner cara de sorpresa, decirle que se mirara al espejo y que gritara e increpara la imagen que viera y la insultara hasta que le respondiera".
No daba crédito a lo que estaba leyendo. 

Terminé preguntándome si nos hemos despertado de un sueño y no nos hemos percatado todavía o somos tan soberbios que no somos conscientes de que estamos vivos, de que la vida pasa la vivamos o no.

En fin, yo quiero vivirla. No lo hagamos tan difícil.

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